Bajo la consigna de “Playas limpias”, se llevó a cabo una campaña de concientización en nuestro Club para lograr controlar los residuos que se arrojan en las playas en esta época de vacaciones. La actividad la lleva adelante la organización Conciencia Ecológica, se sumó a la jornada nacional de recolección de colillas de cigarrillos.
La campaña, a la que se sumaron también el Club de Pescadores y Náutica San Pedro y la Comunidad Terapéutica Los Naranjos, fue impulsada por @proyectoreciclemos y Cigabrick con el fin de concientizar sobre este residuo considerado uno de los más contaminantes del planeta.
Desde el Conciencia Ecológica indicaron los pasos necesarios que deben seguirse para realizar la recolección.
En primer lugar, recolectar las colillas en una botella y llenarla a tope. Luego subir una foto en las redes sociales con lo recolectado, etiquedando @concienciaecologica.ar
@proyectoreciclemos, @cigabrick, #reciclemoslascolillas.
Por último, acercar las botellas a la Comunidad Terapéutica Los naranjos, ubicada en General Pueyrredón 1634, San Pedro, los martes y jueves de 10 a 13hs.
@comunidadterapeuticalosnaranjos.
Del Diario LA PRENSA
Basura: un problema que impacta en las playas
El estudio abarcó desde San Pedro hasta Bahía Blanca y brindó luz a la fuerte problemática ambiental que afecta a la vida marina. Durante todo el año pasado se trató a decenas de animales que habían ingerido distintos objetos de plástico.
«Cada colilla de cigarrillo puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce», remarcó a La Prensa Andrés Rodríguez, miembro del Foro Costero y Ambiental de Mar del Plata, organismo que agrupa más de 20 organizaciones civiles, sobre el residuo contaminante más abundante detectado durante el Censo de Basura Costero Marina 2019 realizado en la costa bonaerense.
Así, en la última edición de este estudio ambiental realizado en septiembre del año pasado y de reciente difusión, se pudo analizarse la cantidad y el tipo de basura que existe en la costa bonaerense. El estudio cubrió 20 playas situadas desde San Pedro hasta Bahía Blanca, un área total de 888.444 m2 (88 hectáreas), y contó con la colaboración de más de 40 organizaciones del tercer sector y de 792 voluntarios.
Los resultados recopilados registraron un total de 71.848 residuos, y por cuarto año consecutivo, el 83,2% estuvo constituido por plástico. Un dato que cobra relevancia frente a un contexto en el que, según datos de la ONU, 13 millones de toneladas de plásticos son arrojadas a los océanos cada año.
En tanto, solamente en la edición de este año se registraron más de 16.325 colillas. Este residuo está compuesto principalmente por acetato de celulosa, un material no biodegradable encargado de absorber las sustancias tóxicas del humo de tabaco, y que puede tardar hasta 10 años en descomponerse.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción de plástico creció exponencialmente desde 1950 llegando a las 322 millones de toneladas en 2015, equivalente al peso de la humanidad entera. Más del 40% de esa producción se destina a envases y embalajes que se descartan al momento de la compra, y son estos residuos más recolectados por los voluntarios.
«Hacemos los censos en septiembre para no tomar en cuenta lo que tira la gente en el verano. Así, podemos analizar por qué llega la basura hasta las playas. Desde que comenzamos, encontramos plásticos fragmentados, colillas de cigarrillo, bolsas de polietileno y envases, entre otros objetos. Pero este censo en particular notamos más colillas de cigarrillo respecto de los otros años porque siempre los plásticos fragmentados eran los más abundantes. Todavía no podemos hacer un análisis que nos diga si los cambios de las normativas recientes han tenido alguna influencia pero si lo que vemos es que hay más concientización de las personas, al menos», explicó Verónica García, coordinadora del proyecto de Basura Marina de la Fundación Vida Silvestre.
Agregó que «estos datos nos han servido como fundamento en los proyectos de ordenanzas. Lo que hacemos es impulsar distintas legislaciones, algunas son municipales y nacionales, para difundir la problemática y generar soluciones».
Indicó que la mayoría de las ordenanzas vigentes «están destinadas a elementos de un solo uso. Durante el año lo que hacemos es promover proyectos de Ley como la referida a los envases, de responsabilidad extendida al productor u ordenanzas sobre las bolsas. También participamos en el proyecto de Ley sobre microplásticos, que obtuvo media sanción del Congreso Nacional, porque todos esos objetos que encontrás en la playa luego se van al mar y allí se fragmentan en pedazos más chicos».
UNIVERSO
Según los especialistas, el 80% de la basura marina proviene del continente debido a la mala disposición y manejo de los residuos urbanos o de las aguas pluviales no tratadas; el restante, de lo que pierden los barcos comerciales y pesqueros.
«Uno asocia la basura marina exclusivamente con los pueblos costeros y no es así porque por los cauces fluviales y los ríos arrastran residuos que generan los centros urbanos que están distantes al Atlántico. Eso llega, sea más temprano o tarde y los animales confunden el plástico con su alimento natural y lo comen», enfatizó el biólogo Sergio Rodríguez Heredia, jefe del Centro de rescate de la Fundación Mundo Marino.
Los desechos plásticos en las aguas oceánicas pueden representar numerosos peligros para la vida marina. Su ingestión, por ejemplo, puede conducir a deficiencias nutricionales o inanición por obstrucciones estomacales. Los residuos plásticos también pueden enredar, ahorcar y ahogar a animales como peces, tortugas, ballenas, lobos y aves marinas, delfines y tiburones.
«Una vez que están en el mar no desaparecen sino que se fragmentan en plásticos muy chicos y son consumidos por la mayor parte de los seres vivos porque no los pueden identificar. Ya sean animales como los mariscos o algunos que se alimentan de plancton, como algunos peces, cuando revisan sus tejidos u órganos se encuentran estos microplásticos. Si haces un muestreo del agua de mar en nuestra plataforma lo que vas encontrar es una mayor cantidad de microplásticos que de organismos del zooplacton que viven ahí», resaltó Verónica García.
Por otra parte, cabe destacar que el año pasado la Universidad de Newcastle, Australia, difundió el estudio «Ningún plástico en la naturaleza: evaluación de la ingestión de plástico de la naturaleza en las personas», solicitado por la Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en inglés) y que Fundación Vida Silvestre Argentina presenta en el país, sugiriendo que las personas en aquel país están consumiendo alrededor de 2,000 pequeñas piezas de plástico cada semana. Eso es aproximadamente 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año. «Esto significaría que en promedio una persona podría ingerir por semana, aproximadamente, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Este estudio se realizó también en los Estados Unidos y obtuvo resultados muy similares sobre esa población. Todos formamos un mismo universo, la biósfera está conectada y esos materiales contaminantes van pasando de un organismo a otro», recordó García.
VIDA MARINA
Pese a los números negativos que genera el impacto de la basura en el ambiente, las sucesivas campañas internacionales y locales sobre la temática permitieron que hubiera una mayor visualización del problema.
«Afortunadamente, ha crecido la concientización sobre esta problemática entre la gente. Pero, materialmente eso no se concreta porque siguen apareciendo gran cantidad de animales afectados por plásticos o por basura que aparece en la playa. A veces se puede remediar y otras termina con la vida del animal», mencionó Rodríguez Heredia que también subrayó que «antes aparecían en ciertas épocas del año. Ahora todos los meses tenemos nuevos casos de animales enfermos».
Al ingresar un nuevo paciente al centro de rehabilitación de la Fundación de Mundo Marino, se sigue un protocolo de atención y tratamiento que incluye radiografías del interior del animal. «Lo primero que se encuentra es plástico en sus distintas variantes. Principalmente esto sucede en especies que han quedado como emblemáticas en la interacción negativa con esta sustancia como son las tortugas marinas. El 97 por ciento de las que ingresan están afectadas con plástico», detalló el biólogo.
Rodríguez Heredia agregó: «Muchas logran sobrevivir porque hay tratamientos veterinarios y con cuidado del animal puede ir eliminando lentamente el plástico pero, lleva tiempo. Por ejemplo, hace poco ingresamos a una tortuga al centro que está viva pero no deja todos los días de evacuar bolsas de nylon y plásticos duros. No todas se salvan en el proceso porque el plástico puede llegar a colocarse, por ejemplo, en un espacio que interfiere entre el estómago y el intestino y ahí se nos escapa la posibilidad de rehabilitarlo».
Según el jefe del Centro de rescate de la Fundación Mundo Marino, actualmente hay tres instancias importantes en termino de rescate y rehabilitación de animales. «Primero, la seguridad y el cuidado de las personas que intervienen en la asistencia de un animal salvaje. Segundo, el bienestar del animal a través de llevar adelante procedimientos que no agraven su estado. Y ahora le agregamos un tercer parámetro que es la responsabilidad social; es decir, ese mensaje que nos trae ese animal afectado por basura a nosotros y que nos genera difundir lo que está pasando a través de un mensaje sobre lo que provoca. Buscamos que la gente entienda y tome empatía ante el sufrimiento que ocasionan nuestros hábitos y que fácilmente pueden ser cambiados», concluyó Sergio Rodríguez Heredia.